Suelos vinílicos: variedad de diseños y precios para tu hogar

Durabilidad: Los suelos vinílicos son muy duraderos y pueden durar muchos años.

Facilidad de instalación: Los suelos vinílicos se pueden instalar fácilmente por una persona con conocimientos básicos de bricolaje.

Asequibilidad: Los suelos vinílicos son una opción asequible para renovar el hogar.

Resistencia a las manchas: Los suelos vinílicos son resistentes a las manchas, lo que los hace ideales para zonas con niños
o mascotas.

Resistencia al agua: Los suelos vinílicos son resistentes al agua, lo que los hace ideales para zonas húmedas, como baños y cocinas.

Resistencia al desgaste: Los suelos vinílicos son resistentes al desgaste, lo que los hace ideales para zonas de alto tránsito.

No son tan aislantes como los suelos de madera, lo que puede hacer que su hogar sea menos aislante térmico.

La elección del tipo de suelo vinílico adecuado para ti depende de tus necesidades y presupuesto.

Si buscas un suelo resistente y duradero que pueda soportar un uso intensivo, los suelos SPC son una buena opción.

Si buscas un suelo más económico, los suelos de PVC pueden ser una buena alternativa.

A la hora de elegir suelos vinílicos, hay que tener en cuenta los siguientes factores:

Ubicación: Los suelos vinílicos son adecuados para cualquier ubicación, pero son especialmente adecuados para zonas húmedas, como baños y cocinas.

Estilo: Los suelos vinílicos están disponibles en una amplia gama de colores, patrones y texturas, lo que permite elegir el estilo que mejor se adapte a tu hogar.

Precio: Los suelos vinílicos son una opción asequible, pero hay una gran diferencia de precio entre los diferentes tipos de suelos.

Existen dos tipos principales de suelos vinílicos:

Losetas y lamas: Las losetas y lamas son el tipo de suelo vinílico más común. Se pueden instalar flotante sobre una base existente, sobre una subbase o que la lleve integrada.

Suelos vinílicos pegados: Los suelos vinílicos pegados son más flexibles, pero requieren una base más lisa.

La instalación de suelos vinílicos varía en función del tipo de suelo. Sin embargo, en general, los pasos básicos son los siguientes:

Prepara la base. La base debe estar limpia, seca y nivelada.

Coloca las piezas. Comienza en una esquina y coloca las piezas una a una, uniéndolas con un sistema de clic o un adhesivo.

Deja una junta de dilatación. Deja una junta de dilatación de 5 mm alrededor de las paredes.

Los suelos vinílicos son muy fáciles de mantener.

Basta con barrerlas o aspirarlas regularmente y limpiarlas con un paño húmedo y jabón suave.

Si se derrama algo, es importante limpiarlo lo antes posible para evitar que se manche el suelo.